Puede que lo
único que tenga valor palpable en nuestras vidas sea lo que esté aconteciendo
en el mismo presente. Si éste es benévolo, el pasado quedará bien barrido y
ordenado, y en la mirada se reflejarán las ilusiones que aún están por venir.
De lo contrario, será inevitable echar la vista atrás buscando las buenas
sensaciones del pasado que nos ayuden a aliviar nuestro presente y seguir hacia
delante. Es la continúa búsqueda de nuestra esencia.
Y en esa continua búsqueda se vuelve a encontrar el Liverpool; un equipo podríamos decir que místico, poseedor de una aureola especial adquirida en su época gloriosa en los 70 y 80, cuando conquistó 4 copas de Europa. Un misticismo que se encierra en gran parte en los eternos periodos en el ostracismo que este club ha vivido entre sus grandes éxitos.
Así, espacios de
16 (1906-1922), 24 (1923-1947), y otros 17 años (1947-1964) ha sufrido la
afición del Liverpool sin ver a su equipo coronarse rey de Inglaterra. Actualmente
son asolados de nuevo por otra enorme sequía, ya que desde 1990 no son
campeones de liga.
Es en estos
momentos en los que el supporter red mira hacia atrás para sentir la magia de
un equipo legendario, y donde encuentra en un pasado muy cercano (Champions
League 2005) su última conquista de Europa.
En similares
periodos de nostalgia, hubo jugadores como McManaman, Fowler (por quien tengo especial devoción) o Michael Owen, que mantuvieron vivas las ilusiones del
hincha del Liverpool.
Hoy es el uruguayo Luis Suárez quien tiene esa responsabilidad, un súper jugador al que su entrenador Brendan Rodgers ha bautizado como “el Messi del Liverpool”.
La historia más antigua y reciente dice que los reds volverán a brillar en su máximo esplendor; mientras tanto, en estos días grises, Luis Suárez mantiene viva la esencia del Liverpool, mantiene viva la llama de Anfield.
Hoy es el uruguayo Luis Suárez quien tiene esa responsabilidad, un súper jugador al que su entrenador Brendan Rodgers ha bautizado como “el Messi del Liverpool”.
La historia más antigua y reciente dice que los reds volverán a brillar en su máximo esplendor; mientras tanto, en estos días grises, Luis Suárez mantiene viva la esencia del Liverpool, mantiene viva la llama de Anfield.