"Hay gente que piensa que el fútbol es una cuestión de vida o muerte. No me gusta esa postura, es mucho más que eso."

Bill Shankly

jueves, 7 de junio de 2012

Memoria histórica


Nunca  a los griegos  se les ocurrió el salto de altura.
Quizás demasiado concretos, para encontrar en el aire un objeto tan nimio como un listón.
El rito de la elevación, la sutil horizontal, no entraba en sus metáforas, ni cerámicas, monedas o papiros.
Sin tradición, sin unión con el pasado, los recuerdos son contemporáneos, los estilos, modernos y ligeros.





¡La plenitud geográfica! ¡Salamanca! La gran Plaza Mayor, está vacía de estadio.
Por el leve aire, destilado de siglos, las limpias líneas, que cruzan la ciudad, enmarcan la figura alzada ante el listón, del cubano Javier Sotomayor.
En el eco anochecido de la multitud, todo es vecino, hasta lo más ancestral.
Llega el bello y majestuoso arranque de Sotomayor. Velocidad, silencio, metafísica felina, hasta la gran elevación…
La multitud relampagueante, rasgo a rasgo.
De espaldas pasó, ¡limpiamente al otro lado!
Todo el estruendo lo acoge… ¡ 2,45 !
Y el nuevo guarismo, retumba sobre las piedras más escogidas de la ciudad, hasta nuestro abismo más remoto, al que caemos.
Mucho más allá de griegos y romanos.

Autor: José Luis Campos Echeverría

Salamanca con su ambiente recogido y su pequeño estadio abierto, le inspiraba especialmente a Sotomayor, que batió dos veces el récord mundial en su saltadero.
El 18 de Septiembre de 1988 con 2,43, y así cinco años después, el 26 de Julio de 1993 superó los 2,45, récord actualmente vigente.